El proyecto de las represas “Néstor Kirchner” y “Jorge Cépernic” sobre el río Santa Cruz enfrenta un periodo de estancamiento debido a la insuficiencia de fondos necesarios para continuar su desarrollo.
Esta situación ha llevado a la UTE Represas Patagonia, conformada por las empresas Gezhouba, Eling Energía e Hidrocuyo, a realizar despidos significativos entre el personal involucrado en el proyecto.
Inicialmente se reportaron 1.800 cesantías de trabajadores jornales, y recientemente se sumaron otros 400 trabajadores mensuales, elevando el total de desvinculaciones a 2.200.
¿Cómo afectan los despidos?
Los despidos afectaron principalmente a afiliados de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) y de la Unión Empleados de la Construcción y Afines de la República Argentina (Uecara).
En respuesta a los despidos iniciales, el gobierno provincial de Claudio Vidal implementó medidas como la conciliación obligatoria y convocó a una audiencia entre la UTE y el Ministerio de Trabajo de Santa Cruz para buscar soluciones.
No obstante, Represas Patagonia expresó su incapacidad para acatar estas medidas, citando la suspensión de las actividades en las obras, no como una decisión propia, sino como resultado de circunstancias adversas que van más allá de su control.
La empresa subrayó que, desde principios de febrero, se había iniciado un procedimiento preventivo de crisis con la Secretaría de Trabajo de la Nación, contando con la participación de Energía Argentina (Enarsa), Uocra y Uecara, concluyendo que no es viable continuar con el pago de salarios que superen los destinados a tareas esenciales dada la ausencia de fondos disponibles por parte del comitente, consignó la agencia Noticias Argentinas. Esto en medio de los recortes de fondos del gobierno de Javier Milei.
La gestión de Claudio Vidal
El diario La Opinión Austral reportó que, actualmente, en los sitios de las represas, solo se llevan a cabo labores fundamentales para asegurar el mantenimiento y seguridad de las infraestructuras, indicando una reducción drástica de la actividad en uno de los proyectos energéticos más ambiciosos de la región.
Este escenario no solo afecta a los trabajadores involucrados debido a los despidos, sino también plantea interrogantes sobre el futuro y la viabilidad a largo plazo del proyecto de las represas en el río Santa Cruz, cuya finalización es crucial para la generación de energía hidroeléctrica en Argentina.